El libro de los hechos del profeta Calaverín
Escrito bajo inspiración divina por Pablo Zambrano
Basado en los relatos de Joel Salinas, discípulo de Calaverín
Capítulo 3
Las tres parábolas
Sucedió en aquellos días que un hombre de nombre Rodolfo, quien en otros tiempos había sido poseedor de fama, éxito y respeto, acudió a Calaverín en busca de consejo, diciendo:
“Maestro, mi obra ya no es exitosa ni elogiada, el fracaso me persigue y mis pares hablan de mí con desdén. ¿En qué he obrado mal para que tales desgracias caigan sobre mí?”.
Calaverín le respondió con tres parábolas:
“Un hombre hornea pan. Al terminar su labor, encuentra que el pan se ha quemado, quedando renegrido y seco.
Una mujer calienta leche para su hijo. El llanto del niño la distrae y acude a calmarlo. Cuando regresa a ver la leche, encuentra que la misma se ha cortado.
Otro hombre conversa con su mujer. Ella le dice que ha concebido y que dará a luz un hijo suyo.
En lo que estas personas fallaron, has fallado tú también.”
Y Rodolfo lloró y se retiró conmovido, pues las palabras de Calaverín le hicieron comprender su pecado: no haberse retirado a tiempo.
Es palabra de Chuck.
Imagen por Joel Salinas |
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