miércoles, 15 de diciembre de 2010
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Calaverín #5
El libro de los hechos del profeta Calaverín
Escrito bajo inspiración divina por Pablo Zambrano
Basado en los relatos de Joel Salinas, discípulo de Calaverín
Capítulo 5
Las revelaciones
Ocurrió un día que Calaverín reunió a sus discípulos y les habló con estas palabras:
“Me Hallaba, hermanos míos, bebiendo una infusión de yerba mate, cuando de pronto el sopor se apoderó de mí, y una visión se manifestó ante mis ojos.
Me vi parado sobre un inmenso acantilado, cuya profundidad se extendía hasta los abismos donde crepitaban las llamas y resonaban los gritos de desesperación de los condenados.
Y el cielo se abrió ante mis ojos.
Y vi surgir a una mujer montada sobre una estrella fugaz y esgrimiendo un relámpago como lanza.
Y vi surgir del abismo a un terrible dragón con tres cabezas y el lomo erizado de espinas, y su mortífero aliento incineraba la tierra y desgarraba las estrellas en el cielo.
Y vi siete ángeles con siete trompetas anunciando que el destino de los mortales se habría de sellar en aquel enfrentamiento.
Y vi el relámpago caer a la tierra.
Y vi el fuego ascender a los cielos.
Y el resplandor iluminó mi corazón y mi mente.
Y desperté, comprendiendo el mensaje que Chuck me revelaba a través de estas visones: No se debe cebar un mate utilizando yerba obsequiada por un rastafari.
Es palabra de Chuck.
Escrito bajo inspiración divina por Pablo Zambrano
Basado en los relatos de Joel Salinas, discípulo de Calaverín
Capítulo 5
Las revelaciones
Ocurrió un día que Calaverín reunió a sus discípulos y les habló con estas palabras:
“Me Hallaba, hermanos míos, bebiendo una infusión de yerba mate, cuando de pronto el sopor se apoderó de mí, y una visión se manifestó ante mis ojos.
Me vi parado sobre un inmenso acantilado, cuya profundidad se extendía hasta los abismos donde crepitaban las llamas y resonaban los gritos de desesperación de los condenados.
Y el cielo se abrió ante mis ojos.
Y vi surgir a una mujer montada sobre una estrella fugaz y esgrimiendo un relámpago como lanza.
Y vi surgir del abismo a un terrible dragón con tres cabezas y el lomo erizado de espinas, y su mortífero aliento incineraba la tierra y desgarraba las estrellas en el cielo.
Y vi siete ángeles con siete trompetas anunciando que el destino de los mortales se habría de sellar en aquel enfrentamiento.
Y vi el relámpago caer a la tierra.
Y vi el fuego ascender a los cielos.
Y el resplandor iluminó mi corazón y mi mente.
Y desperté, comprendiendo el mensaje que Chuck me revelaba a través de estas visones: No se debe cebar un mate utilizando yerba obsequiada por un rastafari.
Es palabra de Chuck.
Imagen por Joel Salinas |
domingo, 5 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
jueves, 2 de diciembre de 2010
Calaverín #4
El libro de los hechos del profeta Calaverín
Escrito bajo inspiración divina por Pablo Zambrano
Basado en los relatos de Joel Salinas, discípulo de Calaverín
Capítulo 4
Calaverín va a la montaña
Sucedió que un día dijo Chuck a Calaverín: “Escala la montaña más alta de la Tierra para que yo te entregue allí mis mandamientos.”
Y Calaverín pensó: “Mi Señor, ¿tan temprano y ya en pedo?”. Pero no lo dijo, pues temía recibir una patada giratoria.
Y Calaverín se dirigió a la montaña, y viéndola exclamó: “En verdad es esta la más alta de entre las cumbres de la Tierra”.
Y se sentó allí, al pie de la montaña y meditó por siete días y siete noches.
Y luego se puso de pie y dijo: “Mejor subo en helicóptero.”
Y así lo hizo.
Y Calaverín se aproximaba a la cima cuando un ángel salió a su encuentro clamando: “Ave Calaverín, bienaventurado seas, pues Chuck nuestro Señor me envía a transmitirte un mensaje.”
Y dicho esto, desplegó un pergamino y leyó del mismo las siguientes palabras, que venían de boca de Chuck: “Así que sos vivo vos ¿eh?”
Y los Cielos se abrieron.
Y la mano de Chuck surgió de ellos.
Y derribó al helicóptero de un golpe de karate.
Y Calaverín cayó a tierra, agradecido de haber recibido el don de la inmortalidad, pero lamentando haber recibido la capacidad de sentir dolor.
Es palabra de Chuck.
Imagen por Joel Salinas |
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