miércoles, 18 de enero de 2012

Elogio del frikismo

     ¿De qué color era el caballo blanco de San Martín?

     Desde los albores de la existencia, el ser humano ha intentado con mayor o menor éxito –menor, generalmente- evadirse de la realidad. Ya los hombres del paleolítico narraban historias de ficción en sus cavernas, pintando figuras de guerreros matando bisontes, a modo de catarsis, luego de haber sido arrollados y vapuleados por dichos animales (En enciclopedias e instituciones educativas hay quienes sostienen, sin embargo, que estas pinturas de obvio carácter fantástico habrían sido en realidad crónicas sobre eventos reales).
     El ser humano está inclinado hacia la ficción y a evadirse de la realidad. Así, cuando la gente ve o lee las últimas noticias sobre guerras en países vecinos, escándalos políticos o crímenes locales, están fingiendo interesarse en dichos eventos por la posible repercusión en sus propias vidas, cuando en realidad los ven como algo distante y ficcional. ¿O me van a decir que al hijo de vecino promedio realmente le afecta en algo la catástrofe en Japón o el asesinato de Osama? No señor, los argentinos observan estos hechos en su TV del mismo modo que Lost, Malparida o el Gran Hermano (los reality shows de este tipo, por mas pretensiones que tengan no deja de ser un montaje artificial y por ende sin mayor relevancia sobre la vida real que cualquier relato ficticio).
     Por tanto usted, Sr./Srta. Freak/nerd/otaku/geek/ñoño/a puede decir con orgullo que sus hobbies -videojuegos, rol, anime, comics, literatura fantástica, cosplay, etc.- no son un intento por apegarse a ilusiones infantiles durante la vida adulta; por el contrario, los mismos son formas especializadas y avanzadas de esta inevitable compulsión del homo sapiens a alienarse de la cotidianeidad cuando la misma está a punto de aplastarlo.

     Es por esto que nos gusta creer que el caballo del General Don José de San Martín era blanco de titanio, cromado. Y con alas para volar sobre la cordillera.


Texto escrito en Junio de 2011 a modo de editorial para la revista Yarko.

 

2 comentarios:

Unknown dijo...

El caballo blanco de San Martin era gris, porque ese era el color de los burros como el que uso para cruzar enfermo la cordillera.

Unknown dijo...

Y cruzó buena parte del trayecto en camilla, porque estaba enfermo. Pero eso no me sirve para hacer chistes.